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En el P.G. del Talayón Chico |
9.30 de la mañana y de nuevo el día acompaña. Hace un sol radiante y nosotros dispuestos a disfrutar del mismo. Esta vez ponemos rumbo al paraje de Chuecos.
Nuestra ruta parte desde las primeras casas que nos encontramos dirección al “Campico López”. Una vez allí, dejamos los coches y comenzamos la marcha. Siguiendo un sendero bien marcado que nos encontramos junto a la carretera, llegamos al Cortijo y Ermita de Chuecos, no sin antes desviarnos para ver el castillo de procedencia árabe desde su parte superior y que corona este cortijo, paseando por un prominente “romeral” y que daba la sensación de ir “un poco perdidos”. Nuestro compañero Juan Carlos dice el chiste del día: ¿Qué es un tonto sin GPS?... Un tonto perdido.
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Cortijo y Ermita de Chuecos
con el Talayón Chico al fondo |
Subiendo al Talayón Chico nos encontramos con un nuevo amigo, un Pastor Alemán que nos acompañó durante toda la subida y también a la bajada (supongo que fuera alemán ya que no dijo ni “media” palabra”).
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Vista desde la cima |
La senda transcurre entre un bosque de pinos y va por la ladera del Talayón y que tras una ascensión constante llegamos hasta un collado donde se puede contemplar unas vistas espectaculares. A partir de aquí, empezamos a subir por una senda poco marcada que nos encontramos a la izquierda de camino. Y entre pinares descubrimos la cima de nuestro objetivo. Foto oficial, inscripción en el libro que nos encontramos en el Punto Geodésico y vistas magníficas. Desde este punto identificamos las cumbres que nos rodean: El Escribano, Sierra Espuña, Cabezo Colorao, El Aguilón, Los cuchillos… así como toda la costa de nuestro litoral. También se observan las poblaciones cercanas como Lorca y Puerto Lumbreras.
La bajada la hacemos por el mismo sitio, pero al llegar a la ermita, ascendemos un poco para visitar la balsa y coger un nuevo sendero que nos lleva hacia el lugar de partida. Tras cuatro horas de sendero volvemos a nuestro vehículos, cansados pero muy satisfechos de lo que esta mañana nuestro entorno nos había ofrecido.
Bartolomé García Cayuela
Para ver la ruta, pincha
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