Dicho y hecho. Creo que no se puede definir mejor la formación de este grupo. Supongo que, como casi todas las agrupaciones o clubs, la iniciativa sale de unos pocos y si, es interesante, la respuesta de los que nos rodean está asegurada.

Somos un grupo de maestros que, a través de este blog, queremos dejar constancia de las rutas que llevamos a cabo así como las experiencias que compartimos en las mismas. Pretendemos meter en cada una de nuestras mochilas, un poco de curiosidad por conocer nuestro entorno natural y ganas de aprender de la propia naturaleza. También incluimos en la misma todas aquellas vivencias que, día a día, realizamos con nuestro alumnos/as y que intercambiamos en cada uno de los pasos que vamos dando, mientras buscamos esa senda que nos lleve hacia un valle, una cima o simplemente una vista que sólo nos puede ofrecer esta actividad: El Senderismo.

Bartolomé García Cayuela

sábado, 17 de diciembre de 2011

CASA IGLESIAS-NACIMIENTO RIO LUCHENA Y VALDEINFIERNOS

Vamos a seguir desmitificando de que en la Región de Murcia no hay agua; ésta existe (Independientemente de que se necesite mucha más por supuesto), y no me refiero al río Segura, sino a un río en especial, que gracias a la labor del hombre de estancarlo mediante embalses, riega la huerta lorquina. Me refiero al río Luchena.

Situado en la sierra de Pericay, en una gran masa forestal que sirve como "pulmón verde" a la comarca alta de Lorca junto con la sierra del Gigante; límite fronterizo con la vecina provincia de Almería, lindando con el parque natural de Sierra de María - Los Vélez.

Pues allí nos dirigimos desde Águilas hacia el pantano de Valdeinfiernos,  y justo 1 Km antes de llegar al albergue turístico (antes casa forestal de Iglesias) nos encontramos un ramal a la derecha en dirección ascendente. Este es nuestro punto de partida.
Siempre en ligero ascenso, bordearemos el Cerro de los Machos, contemplando a nuestras espaldas la sierra del Gigante y llegando al mirador de Culebrinas. Las vistas son impresionantes, así que, primera fotito de grupo para seguir nuestro camino rodeando la gran masa arbórea que representa el pino carrasco, hasta llegar al collado de la Carrasca.

Cogemos el camino de la izquierda, ya que el de la derecha nos llevaría por la ruta de la Hoya del Navajo. De todas formas, unos carteles de madera nos indicarán nuestra correcta dirección, la ruta del río Luchena.
A partir de aquí, el camino comienza a descender. Es desde este punto donde comenzamos a contemplar el vuelo de los buitres leonados, que tienen por estas sierras su zona de expansión, siendo uno de los pocos lugares donde pueden ser observados en la Región de Murcia.

Al principio, el camino discurrirá en paralelo a un barranco, cruzándolo en tres ocasiones. Siguiendo camino abajo, visualizaremos por primera vez por la izquierda, el cauce del río, por el cañón normalmente seco y bastante más abierto.

Mientras seguimos nuestro descenso, engatusados por el paisaje, cruzaremos el barranco de los Machos, para pocos minutos después, coger el camino que nos sale de la izquierda.

Seguimos el citado camino, que pasa al lado de una caseta correspondiente a una antigua explotación minera. Giramos hacia la izquierda y el camino se va estrechando poco a poco hasta convertirse en una senda que tiene su fin en el barranco de los Machos. Siguiendo el cauce de dicho barranco, llegamos a la casa de la Chiripa, edificación usada antiguamente por la Confederación Hidrográfica del Segura y hoy rehabilitada y utilizada por el grupo Scout de Lorca.

Una vez en el cañón, iremos hacia la derecha para pocos minutos después observar el milagro: el nacimiento del Luchena, también llamado Ojos del Luchena.

Éste brota en el acuífero llamado Pericay - Luchena, que junto a su gran caudal de agua y su transparencia, es una fuente de vida para muchos animales.

Este es el lugar en el que decidimos repostar fuerzas y descansar un poco escuchando el ruido del agua y contemplando la belleza natural del lugar.

Continuamos con nuestra ruta, desandando nuestros pasos y continuando cauce arriba por el cañón del Luchena.
Siguiendo en línea recta, poco a poco nos fuimos adentrando en el cañón, que aunque normalmente no lleva agua si que había bastante barro.

El escenario es maravilloso. La comunidad florística de este angosto y escarpado cañón es impresionante: tarays, carrizos, lentiscos, sabinas, etc.

Y así, entre vistazo a los árboles y arbustos, continuamos nuestra caminata entre paredes verticales de más de 100 metros de altura en varios tramos, atravesando un estrecho paso de unos 3 metros de ancho y, contemplando el majestuoso vuelo de los buitres leonados, poco a poco fuimos observando que el cañón se ensanchaba hasta llegar a las inmediaciones de la presa del embalse de Valdeinfierno, ascendiendo la misma por una escalinata que se nos hizo interminable.

Una vez arriba, pudimos observar como la lámina de agua recoge los caudales de varias ramblas y barrancos y principalmente, del río Caramel o del Alcaide.

Siguiendo la pista asfaltada, existe una bifurcación de caminos que a mano izquierda nos llevaría al punto de partida. Continuamos en ligero ascenso por la pista de tierra hasta llegar a la casa forestal de Iglesias. Ya solo nos quedaba subir por la pista ascendente para llegar a nuestro lugar de partida.
Finalmente nos quedaba lo más difícil de la jornada: Buscar algún lugar donde nos dieran de comer a las 16,30 h.

Aunque la ruta se puede realizar en cuatro horas, nosotros la hicimos en seis, ya que merece la pena recrearse contemplando y fotografiando aquello que nos ofrece tanto la flora como la fauna de este maravilloso lugar.

Para ver la ruta, PINCHA AQUÍ